A ti, que dejamos de vernos tan sólo por la emoción del reencuentro, que silencias los ecos de mis pensamientos.
A ti, que me conoces mejor que yo mismo, que has convertido los fantasmas de tu pasado en cálido recuerdo.
A ti, que eres refugio cuando todo es naufragio, que saboreo con gusto echarte de menos cada día, que la única forma de pronunciar tu idioma es cantando.
A ti, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario